¿A qué huele Jasmine Flower, la fragancia de Rochelle Boleyn? Este perfume es una sinfonía de notas florales y amaderadas que se unen para crear una experiencia olfativa poderosa y cautivadora. Imaginar el aroma de la flor de jazmín es como entrar en un exuberante jardín lleno de flores de jazmín en flor, cuyo aroma dulce y embriagador te rodea en un cálido abrazo.
El tipo de persona que usaría Jasmine Flower es alguien que irradia elegancia y sofisticación. Son seguros y misteriosos, con un toque de sensualidad que atrae a los demás. Esta fragancia es perfecta para la noche y evoca una sensación de glamour y encanto. Cada nota de Jasmine Flower juega un papel crucial en la creación de esta lujosa experiencia sensorial.
La nota absoluta de jazmín sambac ocupa un lugar central en esta fragancia, envolviendo al usuario en su embriagador y rico aroma. Es una nota dulce y floral que rezuma feminidad y gracia. El absoluto de jazmín auriculatum añade un toque más profundo y misterioso a la fragancia, aportando un toque exótico a la composición general.
La nota de pachulí añade un toque terroso y cálido a la flor de jazmín, fundamentando las notas florales y aportando a la fragancia una profundidad sensual. Es un aroma que perdura en la piel dejando un rastro de seducción a su paso. El sándalo añade una textura cremosa y aterciopelada a la fragancia, envolviendo a quien lo usa en un abrazo reconfortante y lujoso.
Ylang-ylang añade un toque dulce y exótico a la flor de jazmín, realzando el ramo floral general y añadiendo un toque de sensualidad. Es una nota embriagadora y seductora, que acerca a los demás a quien la lleva. Juntas, estas notas crean una experiencia sensorial única que es a la vez cautivadora e inolvidable.